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Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



viernes, 5 de febrero de 2010

Con Ayuda De Los Malinos


A los Malinos ―dice la sabiduría popular― hay que llamarlos al aire libre y en un lugar solitario, en compañía de varios gatos negros o frente al tocón de un árbol sobre el cual se hayan extendido antes varias hojas de helecho verde y una servilleta blanca. Si se pronuncian los juramentos adecuados, ellos vienen y, en cantidad de siete, se introducen mansamente en una pequeña caja de madera que para tal fin debemos portar. A partir de entonces serán nuestros y obedecerán todas nuestras órdenes.

Su tamaño no supera al de una mosca, pero pueden llevar a cabo casi cualquier tarea, por imposible que parezca. Sobre todo si esta implica la realización de algo maligno o destructivo, como derribar casas, arrancar árboles, matar animales…; aunque también resultan útiles para las pequeñas labores cotidianas. Van a buscar leña con la que alimentar el fuego, transportan cargas pesadas o ayudan a calcular la capacidad de un carromato, por ejemplo. Ante cualquier dificultad sólo hay que decir: “¡Ayudadme, compañeros!”, y ellos salen volando de su caja de madera y resuelven el problema.

Cuando no pertenecen a nadie, vagan en libertad por el bosque cometiendo fechorías, motivo por el cual resulta peligroso encontrarse con ellos. Son capaces de introducirse en el cuerpo de una persona a través de la boca, causándole enfermedades, agriando su carácter o controlando temporalmente su voluntad. Esto último cuentan que le sucedió a una mujer del pueblo de Buspriz, a la que hicieron salir por la noche de su casa y errar durante horas entre zarzas y maleza, sin que nadie fuese capaz de encontrarla, hasta que regresó a la mañana siguiente, magullada y llena de arañazos.

Aun en cautividad, los Malinos pueden resultar bastante molestos. Si están inactivos durante mucho tiempo, se impacientan y repiten una y otra vez: “¡Mándame algo! ¿Qué me mandas? ¡Mándame algo!”, y no cesan su cantinela hasta que al dueño se le ocurre alguna tarea que les pueda servir de entretenimiento. Para librarse de ellos hay que venderlos, caja incluida, cobrando el doble de su valor o arrojando después al mar el dinero obtenido en la transacción. De otra manera regresarán junto a su antiguo propietario a la primera ocasión que tengan.

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