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Equipo Infinito.



lunes, 7 de enero de 2013

Razas, Entre El Espíritu y La Biología


En una época decadente es cuando más triunfan entre algunos las posturas puramente espiritualistas, que olvidan la realidad para refugiarse en una ‘inevitable’ victoria espiritual final... de esa forma el espiritualismo, tradicional o no, el marxismo como ‘religión’ actual progresista, todos aspiran a ASEGURAR un triunfo final independiente de la realidad.

Esta posición permite a auténticos inútiles dejar la lucha a cambio de ‘cultivar’ los ‘espíritus’ y las ideas metafísicas más extravagantes, con tal de estar tranquilos en sus poltronas, entre libros y discursos, creyendo que su ‘espíritu’ es suficiente para demostrar la victoria final... llámese cielo, progreso o triunfo metafísico personal. Para ello es preciso olvidarse de la ‘gente’ y recluir la ‘salvación’ en una entelequia que llaman espiritual, aunque más bien debería llamarse utópica, que les asegure la ‘verdad’ por encima de toda realidad demostrable.

Y en eso el Progreso es tan utópico como el individualismo aristocrático de un metafísico evoliano, y el triunfo de ‘dios’ final asegurado es algo pensable pero en nada aplicable a la realidad de abandonarse a esa idea. Todos ellos viven de la utopía bien pensante y desprecian toda realidad comprobable con diversas teorías: - Los progresistas desprecian las realidades que demuestran su error considerándolas ‘cambiables’ a través del progreso infinito material y técnico. Así la absoluta desigualdad manifiesta de la gente la ignoran y la fuerzan a una igualdad imposible a través de la utopía de una educación igualitaria forzada o de un mestizaje absoluto racial que evite toda diferencia en lo posible... y sino mediante prisión y leyes que fuercen en todo lo medible a una utopía igualitaria. Los desastres artísticos o éticos del progreso los desprecian a base de eliminar la misma idea de arte o ética, de forma que imponen un relativismo que hace a todo ‘igual’, es igual una puta que una santa... el progresismo es igualitario por definición para evitar enfrentarse a la realidad anti igualitaria.

Lo mismo pasa con su utopía demo-progresista sobre ‘libertad’, creen que por poner un papelito en las urnas son ‘libres’, creen que pueden elegir libremente la conducta... e ignoran deliberadamente la Realidad, la libertad está condicionada brutalmente por la propaganda, la educación, la presión social, los vicios, los deseos egoístas, las leyes inquisitoriales, la biologías, etc... sobretodo por los vicios... es jocoso ver hablar de libertad a personas atadas irremediablemente a sus vicios y deseos egoístas, son libre solo de servir a su placer. - Los metafísicos desprecian toda realidad racial o política, todo desastre o problema concreto a base de imaginarse un ‘mundo dual’, un ‘otro mundo’, donde el triunfo del ‘espíritu’ es inevitable pese a todos los desastres reales de la vida.

Para ello deben dividir al hombre en dos, en una parte que vive en la realidad, llamada por ellos ‘materialista’, y una parte utópica que vive en ‘otro mundo’ donde se asegura el éxito final o al menos en ‘valor’ individual de su vida. Llaman pues a los genes y las diferencias reales ‘meras cuestiones materiales’ y sueñan con una “Raza del Espíritu” como la llamaría Julius Evola, como contradicción a una materialismo biológico a lo Alfred Rosenberg o Hans Günther... e incluso a un Platón.

Pero aun es peor cuando esa utopía metafísica se aplica a la ‘política’, considerada como una parte ’inferior’ de una Concepción del Mundo’ metafísica. La Política es sin duda solo una parte de la concepción del mundo, es la que comporta la actuación en Comunidad de esa Concepción del Mundo.
O sea, lo ‘Político’ en un NS es la concreción de la Concepción del Mundo en sus aspectos reales para la comunidad. No es pues una parte ‘inferior’ sino una parte esencial de la concepción del mundo. Y es esencial porque en nuestra concepción del mundo Nacionalsocialista la Comunidad está por encima de lo individual, de forma que ninguna concreción metafísica individualista puede ser excusa para limitar el bien mayor de la Comunidad, o sea la acción Política. El bien de unas supuestas élites nunca se puede lograr a base de negar medios y fuerzas para llevar a la Comunidad al camino de su superación, en lo posible, en lo que cada uno pueda.

El elitismo metafísico es un enemigo individualista del NS. Así los evolianos consideran una acción ‘positiva’ la actuación de Hitler contra lo que ellos llaman ‘nacional comunismo’ de Röhm, y creen ver en ello una ‘postura hacia la derecha tradicionalista’, una restauración de principios jerárquicos y tradicionales, seguida por la idea de convertir las SS en una Orden iniciática contra el partido NSDAP popular. Esta visión es completamente falsa... el NS no combatió a las SA sino a un golpe de estado preparado por un grupo de homosexuales que olvidaron los principios reales de disciplina. Sin esa realidad golpista nada hubiera pasado con las SA de Roehm pues el NS apoya la idea popular frente a las órdenes metafísicas.

Las SS jamás pretendieron ir contra el NSDAP sino ser su eje más entregado. El elitismo de las SS no se basa para Hitler en un ‘pensamiento metafísico’ sino en una entrega y sacrificio mayor por el Pueblo. Era una Elite socialista, comunitaria, más sacrificada, más exigente, no una élite que fuera a sustituir al Pueblo en la primacía de objetivos del NS. Son la Elite al servicio de la Comunidad. 

EL MATERIALISMO RACIAL

Pero vamos en este texto a analizar en concreto el tema racial, a esa pretendida contraposición entre racismo biológico y racismo del ‘espíritu’.  Por supuesto el Nacionalsocialismo nunca acepto el mero materialismo biológico como ‘verdad de fe’, y nada en su programa indica esa posición, que sin duda existió en parte de sus pensadores, pero que no fue aceptada como doctrina oficial en el NS.
Partamos de la Realidad: las razas existen porque hay unas diferencias genéticas entre ellas. Eso es así, guste o no... creadas por dioses o por lo que se quiera, pero las razas son diferencias genéticas. Si los ‘metafísicos’ comprendieran la realidad empezarían por aceptar esa primera y clara concreción. No es un tema de gusto o de deseo, es una simple realidad.

Otra realidad que los metafísicos desean ignorar es que todo el ‘espíritu’ de una persona, sus pensamientos más profundos, su comportamiento, su calidad de actuación o inteligencia, su posibilidad de elección de caminos y actuaciones... todo lo excelso de la persona humana, puede ser cambiado y destruido por pequeñas actuaciones o cambios en la ‘inferior’ capa material llamada biología.
Puede no gustar pero unos miligramos hormonales distintos, un pequeño tumor en la hipófisis, un desarreglo del riego sanguíneo en la médula, por no hablar de un cromosoma duplicado o un gen alterado por exposición a rayos X, todo ello puede cambiar radicalmente a la persona en sus más elevadas espiritualidades.

Hablar de ‘espíritu’ sin materialismo es como hablar de una casa que solo tuviera techo, sin paredes que lo sustenten. Claro que también pasa al revés, ¿Quien quiere una casa sin techo?.
El racismo puramente biológico, el que crea que solo con los genes ya se ha arreglado el mundo, que basta promover matrimonios sanos o evitar mezcla racial para haber logrado salvar al mundo, ese está tan equivocado como el que critica el carácter ‘inferior’ de los genes.

La base biológica es precisa pero no suficiente. Marca un margen de posibilidades, no un fin o un desarrollo en si de la persona. Por tanto si un pensador como Günther dice: “Para el logro de nuestras metas racistas el único camino válido es el darwinista consistente en la selección y el descarte de individuos de una misma especie (tal como acontece en el mundo animal en donde se descartan y sacrifican a los animales de mal pedigrí).” esta idea es absolutamente falsa, como lo es el pobre idiota que se cree ya superior o ‘realizado’ solo por ser blanco y pertenecer a la ‘genial raza aria’.

El elemento biológico humanos es una base de posibilidades, pero no un determinismo matemático, ni garantiza nada sobre su posterior desarrollo humano, fuera de marcar unos límites de posibilidades. Es evidente, por poner un ejemplo sencillo, que si una persona nace bajita y bizca difícilmente será un buen tenista, pero nacer alto y musculoso no implica que vayas a saber jugar a tenis. Hace falta voluntad, esfuerzo, preparación, inteligencia en la jugada, intuición, etc.. para ser un buen jugador de tenis... y seguramente muchos jugadores de tenis de los Juegos Paralímpicos, sobre silla de ruedas, juegan mejor que personas perfectamente constituidas pero que no se han preparado ni tienen voluntad para jugar a tenis bien.

El racismo biológico se basa pues en Realidades de base, y no en determinismos utópicos. Por tanto ni Alfred Rosenberg en su esencial obra, El mito del siglo XX, en la que se reivindicaba el mito del la raza, puede reducir el racismo a un determinismo arianista, ni Julius Evola y su pretendido ‘racismo’ de carácter espiritual puede ignorar la importancia vital de la realidad biológica.

Cuando se construye una casa primero se hacen los cimientos y las paredes, eso no implica que esas partes sean lo más importante de la casa, pero sin duda son esenciales. Ningún arquitecto sería tan insensato de alabar su proyecto de interiorismo funcional pero olvidarse de calcular la resistencia de paredes y pilares... y en cambio un metafísico vulgar se cree en capacidad de soñar con élites y culturas elevadas, despreciando la necesidad de una Pueblo sano, una base racial acorde y un poder político sacrificado para crearlas.

Así cuando los individualistas utópicos dices que “el otro aspecto moderno introducido en el racismo ha sido el materialismo” es como si dijeran que la modernidad ha corrompido a los arquitectos por inducirles a calcular la resistencia de materiales en vez de solo diseñar hermosos dibujos de edificios insostenibles.
La biología no es modernidad, es REALIDAD, y por ello es despreciada tanto por el igualitarismo progresista como por la espiritualidad metafísica utópica.

Para poder disponer de una base razonable de cara a crear un ambiente y medios adecuados para un resurgir de la cultura, el arte y la espiritualidad, es preciso también cuidar la Raza, el Hombre y su entorno físico básico. La Cantidad es parte de una búsqueda de Calidad. Si solo tenemos 100.000 personas sanas será más difícil crear una cultura que si disponemos de 10.000.000. Pero sin duda será más fácil sacar una cultura sana de 100.000 hombres sanos que de 10.000.000 de tarados psíquicos. La cantidad no es importante más que en relación a una calidad básica. No somos partidarios de la ‘cantidad’ en si misma pero si de la cantidad en relación a la calidad. No creemos en élites de calidad sin un Pueblo de cierta calidad.

Por ello los metafísicos, que odian la ‘cantidad’ por considerarla democrática, no entienden que el NS busque la cantidad, el Pueblo, dentro de una calidad. No queremos una minoría elitista sino un Pueblo sano, del cual nazcan las élites, unas élites al SERVICIO de la comunidad. El caballero medieval cultivaba su fuerza y virtudes no para deleite egoísta propio sino para combatir las injusticias y ayudar a los oprimidos.

Por ello el NS alabó siempre la base popular, en su momento el pueblo campesino, como portador de los valores propios de la raza y no una aristocracia podrida por el dinero y el cosmopolitismo. No es que deseara solo campesinos, sino que deseaba crear una nueva aristocracia de los mejores a base de la comunidad popular, no de títulos nobiliarios o familias en absoluta decadencia tras siglos de degradación. La aristocracia nobiliaria en 1930 era ya solo una basura sin sentido, absolutamente degradada y economicista. Su origen popular se había perdido, el Pueblo necesitaba generar una nueva aristocracia comunitaria.

Para muchos evolianos y sus manías aristocráticas, esa pretensión popular y comunitaria era algo extraño a su mentalidad elitista basada en una ‘tradición’ que en muchos temas estaba totalmente corrompida por la influencia del dinero y la degradación del egoísmo.

Uno de los errores de un excesivo materialismo biológico ha sido igualar el racismo animal al humano, de la mis a forma que un error enorme de los mata-físicos es separara completamente el mundo humano del animal.

Ni el hombre es un animal cualquiera ni el hombre deja de ser parte del mundo animal, y los más importante, el mundo animal merece la consideración de ser parte de nuestros valores esenciales. Las leyes biológicas son iguales en el mundo animal que en el humano, pero las aplicaciones de esa biología en la conducta social y real es bien distinta, porque el ser humano dispone de algunas cualidades biológicas distintas al animal.

Tenemos compasión, arte, cultura, decisión, libertad, voluntad, en cualidades distintas completamente a los animales, pero en cambio somos iguales en las influencias biológicas y sensibles. Tenemos sentimientos similares, influencias y métodos parecidos. El sufrimiento de un animal es muy similar al nuestro, su miedo o su ansia, su dolor y su aprecio tienen similitudes enormes al nuestro. No podemos tratar la mejora racial de los humanos como una mera selección de ganadería, pero tampoco podemos creer que favorecer humanamente matrimonios sanos y evitar humanamente copulas insanas sea algo absurdo o negativo por ‘materialista’.

Los metafísicos son insensibles al animal, porque no le asignan esa utopía espiritual irreal. Los racistas sanos amamos los animales como parte de nuestro mundo natural y real, apreciamos su participación en nuestro mundo y sabemos al mismo tiempo comprender las diferencias reales entre nuestros mundos.

DIOSES Y ESPÍRITU

La cuestión es pues ¿Qué es el espíritu?. No hablamos de ‘sentimientos’ sino de algo que llamemos ‘espíritu’. Si nos atenemos a la idea cristiana, el espíritu es una parte de un ente dualista, que nada tiene que ver con el cuerpo, es inmortal y no comprobable por la ciencia ni por la realidad. En ese caso nada tenemos que decir, y cada cual puede pensar sobre ello como quiera puesto que la raza no tiene nada que ver con un ente no ligado a lo material ni comprobable en la realidad.

Pero en tanto se habla de ‘espiritualidad’ al tratar temas como cultura, arte, sentimientos elevados, Valores, actuaciones humanas, todo ello es comprobable que se ve afectado por la Raza y por la biología. Llamar ‘metafísico’ a elementos culturales o valores humanos que son distintos por raza y que en una persona varían según hormonas, agentes químicos o afecciones tumorales es completamente ilógico, no es meta-físico, sino ‘en parte físico’.

Dejemos pues aparte la concepción de espiritualidad como ‘alma’ externa a lo comprobable en la realidad, y vayamos a los temas de espiritualidad en culturas, arte, valores y comportamientos.

La biología humana no es determinista, pero si marca límites a las cuestiones ‘espirituales’ de este tipo. Nuestro ‘estilo’ espiritual no está determinado por una biología, pero si influenciado en límites y características por ella.

Un idiota mental tiene unas capacidades ‘espirituales’ distintas, por no cualificarlas de menores, a otras personas. Y el arte y cultura de cada pueblo es distinto en sus cualidades y características debido a las diversas visiones y tendencias de cada raza en los temas mentales de concepción del mundo.

Los conceptos ideales son solo abstracciones mentales, que existen solo en tanto se reflejan en actos, obras o realidades reales. No se encuentra ‘la belleza’ sino cosas bellas, y para un negro, moro o sueco las cosas bellas son distintas aunque todos busquen ese ideal de belleza.

Aunque muchos racistas biológicos han sido panteístas, han considerado la Naturaleza como su Ideal o Dios, esta posición no es oficial ni única en el NS.

Para ciertos panteístas, por llamarlos de alguna forma, el espíritu es aquello del comportamiento humano que no esta determinado por la biología ni por influencias externas de forma determinista, o sea la parte en que la Voluntad y la decisión personal permite elegir. Cuando elijo sin presión biológica, incluida los deseos y sentimientos, el sexo, etc... ni influencia del medio, sino por propia voluntad libremente meditada, eso es una decisión ‘espiritual’ para un panteísta o un ateo.

No hay pues ‘sacralización’ de lo físico como se acusa al biologismo, aquello que es producto de una decisión biológicamente dada no es puramente espiritual. Pero sabemos que la mente humana permite meditar y tomar decisiones libres si se logra tener voluntad y fuerza de sinceridad suficiente. Por eso decimos que una Persona para tener ‘espíritu’ necesita merecerlo, ganárselo, luchar para tenerlo, ser sincero, meditar, ser ‘LIBRE’ de verdad, libre de vicios, deseos, influencias del medio... cosa nada fácil.

No hay pues primacía de lo físico contra lo metafísico, ni al contrario. Hay una actuación biológica en lo humano, y la posibilidad de una decisión y actuación ‘libre’, que no se puede llamar ‘metafísica’ porque aunque sea ‘libre’ se debe realizar en EL MARCO DE POSIBILIDADES que la biología le deja. O sea: incluso las decisiones ‘libres’ no pueden salir de un marco, pues solo son libres si están fuera de influencia biológica y por ello son libres solo en el ESPACIO de libertad que cada biología concede.

Por ello las Razas influyen en lo ‘espiritual’, influyen marcando el campo de libertad, de posibilidad, de manera de aplicar esa libertad. Cada pueblo, cada individuo también, está limitado por la biología a unas posibilidades de ‘libertad’ y de aplicación de esa libertad. El arte es una expresión sublime de esa libertad, pero cada pueblo expresa su arte distinto porque su biología y su entorno político (las influencias sociales y educacionales) le marcan donde y como puede ser libre.

Para un racista no hay inmortalidad del espíritu de su raza, puesto que la raza es mortal, puede ser exterminada o modificada. Siempre habrá Honor o Arte, pero la forma artística aria, las cualidades arias del arte y la cultura, pueden desaparecer.

La utopía de un espíritu de arte inmortal es un absurdo, que la propia realidad niega. Ha habido grandes culturas, artes y formas espirituales que han desaparecido. La pretensión dualista de un espíritu inmortal es contraria a la realidad comprobable.

Dios es sin duda una de las explicaciones del ‘espíritu’, pero incluso bajo este supuesto de un espíritu infundido por dioses, es evidente que esos dioses han deseado que el espíritu estuviera influido por lo material, de forma que temas completamente biológicos influyeran en los sentimientos y en la capacidad ‘espiritual’ de las personas.

Es jocoso que se acuse al racismo de divinizar la materia, no es así, sabemos que lo biológico no determina, hay un elemento libre, pero negar la influencia biológica y del entorno físico y social sobre los actos libres y ‘espirituales’ es una mera utopía, una de esas utopías como la Igualdad o la Libertad como entes absolutos existentes.

LAS RAZAS DEL ESPÍRITU

...El NS en realidad concibe el Estado como algo absolutamente FISICO, existente, políticamente creado, lo que niega es un ‘Estado’ como ‘ente espiritual que tiene derechos en si mismo y sobre el pueblo o la gente’...

Es curioso porque el Sistema actual moderno precisamente asigna al Estado esos mismos ‘derechos’ ideales sobre y por encima de toda realidad popular o natural... nada odia más el sistema moderno que un Estado de base étnica o popular, sino que es un Ente administrativo Ideal de poder sobre la realidad natural en base solo a un documento de ‘pertenencia’.

La creación de ‘Entes’ ideales como si fueran seres Reales superiores a la verdadera realidad es una de las características del mundo histérico moderno y del utopismo metafísico. Humanidad, Derechos, Estados, Imperios Igualdades, Espíritus, todos ellos sin contacto con nada Natural, real, son elevados a la categoría de ‘entes’ reales superiores a los Pueblos, gentes, razas, hechos y realidades diarias comprobables.

En el NS estos ‘entes’ existen solo porque están al servicio de la realidad, de los Pueblos. El Imperio es un ente que pueblos libres crean para poder subsistir, el Estado es un ente del Pueblo para su organización y su actuación comunitaria. La humanidad y sus derechos están ligados a Deberes porque la realidad exige que todo derecho tenga límites en sus deberes... dado que el Derecho es solo una forma de organización social, está al servicio de una realidad: lograr convivencia y justicia, no es un ente abstracto válido en si mismo. Los entes están al servicio de las realidades para lograr objetivos superiores de existencia.

Por ello los metafísicos llegan a crear ‘supra-mundos’, por supuesto nunca existentes en la realidad. Para el NS los supra-mundos se crean luchando, por la acción, lográndolos, no por existencias predeterminadas. Por supuesto dejamos aparte los supra- mudos del tipo ‘cielo’ cristiano, que por ser indemostrables caen fuera de toda discusión. La existencia de un cielo tipo cristiano en nada afecta al racismo ni a la política NS, ni a su espiritualidad artística o cultural, ni a su propuesta de estado popular.... la existencia de un ‘cielo’ o supra-mundo externo a toda realidad comprobable es algo que puede existir o no y en nada afecta a la praxis y a la concepción del mundo real del NS. No nos oponemos a ese tipo de ‘supra-mundos’ mientras su existencia no demostrable no pretenda influir en lo demostrable, o sea no pretenda que ajustemos la realidad a su no demostrable existencia. Si nuestra concepción del mundo y la persona implica apoyar el matrimonio monogámico, ninguna visión de extra-mundos islámicos nos hará cambiar.

ACCIÓN Y PENSAMIENTO


Evola reputaba a Rosenberg como pensador de segunda categoría, seguramente con acierto, de la misma forma que Rosenberg y los NS consideramos a Evola como un luchador de segunda categoría frente a Rosenberg. Supongo que se reconoce que a Rosenberg lo asesinaron no por escribir un libro de razas, sino por haber luchado fiel y conscientemente por el NS político con cargos concretos en el Frente del Este. Rosenberg era un intelectual luchador, no un utopista de salón.

Günther, seguramente más o tan radical en sus teorías como Rosenberg, no sufrió problemas graves en 1945, pese a mantenerse fiel al NS, pero es que Günther nunca asumió acción política real en el gran combate de los siglos.

Para entender el éxito actual de los pensamientos metapolíticos y metafísicos es preciso conocer también al ser humano, y los textos de Pareto para ello ayudan mucho. La gente se inclina fácilmente por pensar aquello que le es más cómodo a su deseo.

En un mundo como el actual, donde la lucha real política y directa es peligrosa, sin éxito ni esperanza a corto y medio plazo, es muy fácil ver como muchísimos ‘camaradas’ se inclinan por una intelectualidad de salón metafísica, cómoda, tranquila, que cultiva los glúteos traseros, en vez de perder tiempo, libertad y esfuerzos en una lucha de acción.

He visto tantos casos de esa comodidad que lleva luego a teorizar sobre lo ‘negativo de la acción’ mediante metafísicas varias, para justificar la comodidad y la cobardía propia.

La metapolítica ha sido el refugio de intelectuales incapaces de ser Rosenberg, de llevar ‘la pistola en el cinto’, de luchar en primera línea, de ser activistas. Hace poco salió un gran artículo sobre la superación de la Metapolítica, en el número 9 de la revista ‘Tierra y Pueblo’ que debería ser leída por todos esos teóricos de salón.

Creo en ese sentido Hitler fue clarísimo: Toda idea que no sea un escudo para un grupo de personas capaces de luchar para convertirla en una realidad es solo una pérdida de tiempo. O bien aquello de que si alguien no lucha por sus ideas, o él o sus ideas no valen nada.

Tras 40 años de lucha admiro de corazón a muchos camaradas que sin dinero, con graves problemas de trabajo y familia, bajo condiciones durísimas, sin grandes conocimientos teóricos, sacrifican tiempo y esfuerzos enormes en pequeñas acciones, reuniones, locales, charlas, tratando de convencer y difundir nuestra lucha. Sin esperanza pero con sacrificio enorme son la expresión pura del Ideal y de lo ‘espiritual’, mientras tantos otros cargados de libros y teorías, sirven solo para calentar sus sillones y hacerse ver en escritos que ellos no serán jamás capaces de llevar a la gente mediante su sacrificio personal.

La Raza de los Héroes no está en un espíritu metafísico extraño a la realidad sino en llevar a la realidad nuestro Ideal realista y natural.

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