La siguiente es una historia que me gusta mucho porque tiene como protagonista a Zeus que como siempre andaba correteando a las ninfas y a todas aquellas doncellas que estuvieran buenas. En este caso fue Calisto quien lo cautivo con su belleza y el dios solía escaparse del Olimpo para estar con ella. Ahora bien Zeus tenia como esposa a la diosa Hera una loca celosa como no había dos, quien al enterarse de que una vulgar mortal era preferida a ella misma, decidió, como en otras oportunidades lo había hecho, desquitarse con la doncella. Así fue la despojo de toda la belleza, gracia y dulzura de la cual se había enamorado su marido, y la convierto en una tosca osa. La doncella deambulaba su pena por el bosque que otrora había sido su lugar de caza, tratando de llamar la atención de su antiguo amado Zeus para que revirtiera su injusta posición.
En cierta ocasión un joven que se encontraba cazando se topo con Calisto, la ahora osa reconoció al joven porque se trataba de su propio hijo. Su instinto de madre la hizo querer abrazarlo pero el joven que no veía a su madre extendiendo los brazos para darle cariño sino a una osa gigante dispuesto a atacarlo, levanto su lanza decidido a darle muerte.
En ese preciso momento Zeus, que estaba viendo la acción, decidió intervenir y los alzo a los dos bruscamente colocándolos en el cielo como dos constelaciones lo cual era, para los dioses, el honor mas grande que podía otorgarse. Recibieron el nombre de osa mayor y osa menor.
Ahora bien, Hera monto en furia y fue a quejarse a Tetis y Océano, las potestades del mar y sus padres adoptivos. Los ancianos atendieron la suplica de su hija, y como consecuencia ambas constelaciones giran y giran en el cielo, pero nunca se hunden, como otras estrellas, debajo del océano.
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