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Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



martes, 3 de febrero de 2015

El Puente de los Perros Suicidas

A unos quince metros por encima del río Clyde, en el Milton Town, al oeste de Dunbartonshire en Escocia, yace el Puente Victoria, mejor conocido como el “Puente Overtoun”, un puente famoso porque, desde 1950, muchísimos perros (algunos dicen que más de 500) se han suicidado en él, saltando siempre en días claros y soleados, curiosamente desde el mismo punto, ubicado entre los dos últimos parapetos del lado derecho. En todo caso, aunque quizá nunca haya una cifra oficial de perros muertos debido a la falta de registros, tan solo en el 2005 murieron cinco perros en un espacio de seis meses. ¿Qué los mueve a saltar?, ¿acaso hay espíritus merodeando por el lugar, extraños campos magnéticos o impregnaciones energéticas de tristeza, suicidio y desesperación?, ¿es Overtoun un sitio en que se vuelven más delgadas las barreras que nos separan del más allá?...

Trágicas historias

La peor de todas las desgracias del puente, no tiene protagonistas caninos sino humanos. Y es que, en 1994, el soldado Kevin Moy de 32 años fue al puente con su pequeño bebé. Se dice que Kevin andaba metido en tema de drogas y se sabe que siempre insistió en que el puente estaba embrujado. Sea o no cierto, Kevin decía ser el Anticristo, creía que su pequeño bebé de dos semanas era Satanás, y que él y su hijo eran culpables de la Guerra del Golfo, así que tenía que acabar con el mal que ambos representaban y por eso lanzó a su bebé del puente e intentó después suicidarse, sobreviviendo y siendo internado en un hospital psiquiátrico.

Por su parte, Donna Cooper cuenta que, en 1995, iba por el puente con su esposo, su hijo, y su perro Ben; aunque, cuando no faltaba mucho para llegar al final del puente, Ben se puso tenso, corrió frenético hasta el punto en que los perros se suicidan, y saltó como si una fuerza misteriosa lo llamara a la muerte, sobreviviendo a la caída pero con heridas tan graves (se rompió la mandíbula y una pata) que, a causa de su agonía, tuvieron que sacrificarlo.

Al igual que Ben, Hendrix, un Golden Retriever (una de las razas más inteligente de perros), caminaba con su amo, Kenneth Meikle, cuando de pronto se volvió loco, salió corriendo de manera extraña y precipitada, y se lanzó al abismo en el mismo punto que todos, sobreviviendo gracias a una cama de musgo…

Así como las anteriores hay muchísimas otras historias, pero lo más sorprendente es que, en muchos casos, los perros sobrevivieron y, pese a eso, volvieron a saltar en el mismo punto cuando sus amos los trajeron nuevamente al puente maldito…

Los perros y las energías del más allá

El puente fue construido en 1895 por pedido del calvinista Lord Overtoun, junto a la llamada Overtoun House, aunque hasta 1950 los suicidios de perros no se empezaron a conocer. Curiosamente, la Overtoun House había servido como casa de reposo para soldados heridos, pero sólo hasta 1947, ya que en ese año se transformó en hospital de maternidad, siendo destruida parcialmente por un incendio en 1948, en el cual no hubieron muertes y, después de aquello, el lugar continuó funcionando como hospital de maternidad hasta el 1 de septiembre de 1970, fecha tras la cual, se mantuvo esencialmente como un centro de grupos religiosos. Lo importante entonces es lo siguiente: ¿acaso las energías de los soldados heridos y de lo ocurrido durante el incendio se quedaron impregnadas en el lugar? Probablemente muchos de esos soldados no deseaban vivir (investigaciones han mostrado que los veteranos de guerra son más propensos al suicidio que otras personas), y evidentemente todos ellos atravesaban un periodo penoso y cargado de tormentos físicos y morales; además, y pese a que no hubo muertos en el incendio de 1948, hubo angustia y terror, y todo eso quedó impregnado en las energías espirituales del lugar. Y es que los perros tienen muy desarrollado el sexto sentido, y pueden ver fantasmas y percibir energías sutiles, de modo que no es extraño pensar que hayan sentido las impregnaciones energéticas de los soldados heridos y de quienes estuvieron en el incendio, además de las presencias de los fantasmas que, según cuentan quienes viven por la zona, habitan en la Overtoun House. Por otro lado, en la mitología celta el área de Overtoun es un “thin place”, esto es, un lugar en que se vuelven mucho más delgadas las fronteras entre el más allá y el mundo en que vivimos. Sin embargo, todo esto no explica del todo por qué saltan del puente y, más aún, por qué saltan siempre en el mismo lugar.

Para responder a la pregunta interior, no queda más que ver las investigaciones de la Sociedad Escocesa para la Investigación Psíquica (SSPR), publicadas en el diario inglés Herald Scotland, y omitidas por prácticamente todas las demás fuentes, tan adeptas del escepticismo que incluso, cuando mencionaron testimonios de psíquicos, sólo presentaron el de una psíquica (Mary Armour) que dijo no sentir nada, mientras que, como contraparte, son muchos los psíquicos que dijeron percibir escalofriantes realidades. Así Catriona Malan, la líder del grupo de diez psíquicos de la SSPR, dijo que “había temas definidos de niños, y varios mencionaron a una mujer victoriana en un chal gris, en el otro extremo del puente”, y que “tres personas se sintieron ansiosas, deprimidas o desorientadas, y cuatro experimentaron sentimientos negativos”. Pero aún más espeluznante fue el testimonio del psíquico John de Glasgow, quien contó lo siguiente:

“Sentí que un montón de niños me agarraban las piernas mientras caminaba a través del puente, y me sentí atraído hacia el lado derecho; me sentí muy mal e incómodo en ciertas partes, y a veces era como si me estuviese hundiendo a través del puente”.

Corroborando lo anterior, el psíquico Mishka afirmó sentirse horrible en el extremo del puente más cercano al punto en que los perros se suicidaban, mismo extremo en que estaba la mujer de chal gris mencionada por Catriona Malan. También, Mishka contó haber sentido niños a su alrededor, y por si no bastase, una psíquica del equipo, que prefirió mantener su identidad en el anonimato, contó haber percibido un ministro fantasma y un obrero que había muerto al caer del puente, y que quizá (en este punto no estaba muy segura) ahora llamaba a los perros desde abajo del lado derecho del puente, cerca del extremo en que apareció la mujer del chal gris…


Una posible explicación científica es que los perros no pueden ver al otro lado del muro
Explicaciones científicas que no satisfacen:

• La Psicología Animal ha demostrado que los perros poseen una inmensa capacidad de empatía con sus amos, más aún si son de razas inteligentes, como las que han saltado del puente; además, el Dr. Rupert Sheldrake demostró, mediante estudios, que los perros recogen los pensamientos e intenciones de sus dueños, incluso desde grandes distancias. En base a esto y considerando también que Dumbarton es un sitio donde ha habido muchos casos de suicidio y depresión, se ha planteado que los amos de los perros estaban deprimidos y, consciente o inconscientemente, deseaban morir, a causa de lo cual los perros, mediante un proceso de identificación emocional basado en la empatía, asimilaron los sentimientos de sus amos y los canalizaron saltando del puente. Lógicamente la hipótesis presenta muchos problemas, por ejemplo: 1) ¿por qué solo en el puente Overtoun los perros se vuelven tan empáticos que se suicidan, por qué no se sabe de otros casos similares en otros puentes o lugares que no sean puentes?, y 2) Sencillamente, las investigaciones muestran que, en la gran mayoría de casos, los amos de los perros suicidas ni siquiera estaban deprimidos…

• La otra teoría científica ha sido mucho más aceptada, y fue planteada por el Dr. David Sands, a quien la Sociedad Escocesa Protectora de Animales contrató para solucionar el enigma. Esta teoría parte de que los perros suicidas eran, todos o casi todos (no se sabe a ciencia cierta), perros de hocicos largos (estos perros tienen mejor olfato), como labradores, golden retrievers, y collies. Ahora bien, el Dr. Sands dice que en la zona hay muchos visones, y que el olor de la orina de visón atrae con gran fuerza a los perros, mucho más que el olor a otros roedores y sus respectivos desechos orgánicos. Uno de los puntos fuertes de la teoría es que los visones fueron introducidos en 1920, pero su población creció en la década de 1950 (la década en que empiezan los suicidios de canes), en grado tal que el olor de la orina de visón se hizo suficientemente fuerte como para impulsar a los perros a saltar, ya que supuestamente las cosas ocurren así: 1) el perro huele levemente la orina de visón, que en días lluviosos y húmedos no se percibe bien, pero en días soleados y claros (como los de los suicidios caninos) se percibe un poco mejor, 2) el perro corre hacia el borde porque hay una particular concentración de orina de visón alrededor del puente, y por ello el perro quiere asomarse a ver qué hay, 3) estando en el borde, éste es tan alto que no le permite al perro ver que hay un precipicio, y entonces salta para ir hacia la fuente del olor… Hasta aquí la teoría parece convincente, pero tiene los siguientes problemas: 1) si la orina de visón está a ambos lados del puente aproximadamente igual, ¿por qué entonces los perros saltan del lado derecho y siempre en el mismo punto?, 2) las razas de perros suicidas tienen muy buen olfato, de modo que, si fuese la orina de visón lo que les hace correr y saltar, habrían intentado correr antes de cruzar el puente, pues ya desde ese punto habrían sentido el olor. Como se ve, la teoría cae en los puntos mencionados, en tanto que, los fantasmas de los niños, el fantasma de la dama de chal gris y del obrero que los llama desde abajo, están en tales posiciones con respecto al punto de suicidio, que parecen mejores razones para explicar los suicidios y por tanto para creer en el carácter real de la leyenda, que permanece viva aunque muchos lo nieguen, ya que nadie ha dado una explicación natural suficientemente buena.

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