Atención Por Favor.

Ante todo nos dirigimos y agradecemos a todos por la ayuda que nos dan con este blog ya sean seguidores, oyentes del programa de radio y por sobre todo a todos aquellos propietarios de webs, blogs, libros y todos los lugares donde han obtenidos la información y nos han acercado a nuestro mail para que podamos publicarlas en este humilde blog, para que todas las semanas desde hace ya 7 años podamos compartir en dos emisiones las tantas historias, enigmas y misterios del universo que se van pasando de generación en generación y así reflejar esas viejas leyendas, historias, enigmas y misterios que de niños oímos mas de una vez y que nos asustaban en algunos casos como también en otras nos enseñaban a valorar y respetar esas narraciones.

Desde ya les agradezco a todos y pido disculpas si no se agrega la fuente por que muchos correos no la poseen y para no cometer errores no se agrega pero en este pequeño equipo estamos muy agradecidos para con todos. Muchísimas Gracias a todos en general por su valiosa información y por su cordial atención.

Equipo Infinito.



sábado, 11 de noviembre de 2017

La Manzana Del Diablo

Esta es una historia algo espantosa que se cuentan por estos lares y que tiene que ver directamente con el diablo. En un pueblo pequeño a la orilla de una transitada carretera, vivían dos hermanos, los cuales se encontraban solos en casa por que sus papas salieron de imprevisto a otra ciudad, ya que un familiar cercano se encontraba muy enfermo.

Eran los típicos adolescentes que hacían todo tipo de cosas indebidas, tomaban alcohol, fumaban e inclusive en varias ocasiones se llegaron a drogar y como en ese tiempo sus papás no estaban, los vicios estaban en su mayor apogeo.  Un día, se les ocurrió armar una fiesta, les avisaron a todos sus amigos, compraron muchas bebidas y comida, y al caer la noche la música se escuchaba en todo el pueblo ni que decir de la luminaria y la pirotecnia que estremecía a todos los asistentes al festejo.

Era de madrugada y la fiesta parecía no tener fin, el ruido era tan insoportable que un grupo de vecinos se pusieron de acuerdo para ir hacia ese lugar para parar por completo el festejo. Poco tiempo después llegaron y de forma abrupta comenzaron a correr a todos los jóvenes, pero inesperadamente uno de ellos, saco un arma y disparo en varias ocasiones a los invasores.

La fiesta se salio de control, todos corrían por sus vidas, a lo lejos se escuchaban varias detonaciones de arma de fuego y el único refugio era el imponente bosque. Nadie en ese momento tenia idea de que sucedía, los hermanos no pensaron dos veces y salieron corriendo a esconderse al bosque. Durante su trayecto, encontraron una pequeña guarida en la raíces de un gran árbol, en donde esperaron a que pasara el revuelo.

Al salir de la guarida, los jóvenes se toparon con un hombre desconocido a quien nunca lo habían visto por el pueblo. El, de aspecto demacrado como de un vagabundo, les dijo “¿Quieren una manzana?, yo tengo muchas en mi morral”, ellos al principio dijeron que no y le sacaron la vuelta al hombre, pero al ver que después de un largo camino, el todavía los seguía a poca distancia, decidieron aceptar su ofrecimiento.

El hombre les dio unas ricas y jugosas manzanas rojas a los hermanos, quienes no tardaron en darle el primer mordisco. Después de eso el vagabundo sonrió de forma malévola y sin salir ninguna palabra más de su boca, desapareció entre el denso bosque. Rápidamente los jóvenes comenzaron a sentirse raros y en menos de un parpadeo cayeron estrepitosamente al suelo, al parecer envenenados por las manzanas.

Después de eso, nadie jamas los volvió a ver y algunos cuentan que el diablo en el cuerpo de un hombre, enveneno a los hermanos para llevarse sus almas consigo en busca de sus próximas victimas.

La Runamula

Los primeros registros que se tienen acerca de este mito se obtuvieron de la época en la que los soldados españoles y portugueses comenzaron a recorrer la región por primera vez.

Se dice que las chicas nativas que eran conquistadas por algún integrante de la milicia española, se transformaban inmediatamente en un monstruo que posee el cuerpo de una mula, pero el torso y el rostro de una mujer.

Esta criatura vaga por las noches asustando a los campesinos con sus fuertes relinchidos y el profundo eco que producen sus cascos al galopar. 

Si la bestia era capturada, inmediatamente se le conducía con un curandero, quien literalmente le “sacaba el demonio” y la retornaba a su condición original. Desafortunadamente, estas prácticas no siempre daban resultado, por lo que en algunas ocasiones la muchacha terminaba muriendo durante el “proceso de salvación”.

Mito de Lycaon el Primer Hombre Lobo

Lycaon el primer hombre lobo, del que se conoce, de acuerdo a la mitología Griega, cuenta era el rey de Arcadia y que en un arrebato de superioridad se enfrento al dios Zeus, haciendo como es,  lo que se le conoce como hombre lobo.

Se dice que al día de hoy, y mas en la Europa del Este, la secta de hombres lobos aun esta vigente y siguen haciendo de la suyas, secuestrando a personas inocentes y ofrendando las  a sus dioses, y en base a estos mitos les contare una historia que nos ha llegado de una persona que pudo huir de las garras de estos hombres lobo.

Agustin Melgar, siempre había sido fanático de todos los mitos y leyendas que conciernen a los hombres lobos, y con descendencia de uno de los países en donde se habían escuchado rumores de los hombres lobo, decidió partir a Bulgaria.

Llegando como todo extranjero, el idioma fue un impedimento, pero se defendía con el poco ingles que tenia, a santos y señas, logro dar con una persona que hablaba su idioma, que casualmente era de su país, Argentina y que logro tener una excelente comunicación.

Ella le empezó a enseñar todas las costumbres y lugares turísticos, pero al momento de empezar a cuestionar la veracidad de los hombres lobos, cambio radicalmente, al grado de pedirle que consiguiera otro guía.

El no acepto y le prometió que no seguiría buscando, y ella siguió con el, al paso de unos días, de estar en la recamara de su hostal, amaneció en el bosque amarrado de manos y pies, desnudo y solo, a lo lejos se veía venir una persona, y era la guía, su compatriota, pero no llegaba a salvarlo, llegaba a sacrificarlo, ya que ella pertenecía a dicha secta.

El como pudo se soltó, y logro llegar a la carretera, para poder pedir ayuda, al llegar a su cuarto del hospedaje, vio que todos se le quedaban viendo, ahora todos eran sospechosos de ser de dicha secta, lo que fue suficiente, para recoger sus cosas y regresar a su natal Argentina.

jueves, 9 de noviembre de 2017

El Tatuaje

“El sesos” era un chico desadaptado que trataba a toda costa de ser aceptado en la pandilla del barrio para tener los mismos privilegios que ellos. Llamar la atención de estos secuaces no era nada sencillo, pero al verlos todos tatuados, y él con su cuerpo limpio, quiso comenzar por ahí, no debía ser un tatuaje cualquiera, tenía que ser algo de impacto.

Fue a la biblioteca de su abuelo, recordando que una vez lo encontró viendo un libro con imágenes muy descriptivas de demonios, él le dijo que jamás lo tocara, lo cual ahora lo motivó a pensar que era justo lo que necesitaba. Del libro no pudo comprender ni una palabra eran solo símbolos, pero tomó una muy buena fotografía de  la imagen que le pareció más aterradora.

Con toda seguridad se la mostró a la joven de la sala de tatuajes, cuando ella le preguntó sobre su significado y si estaba seguro, el solo dijo que le pagaba para que lo tatuara, no que lo interrogara. Ella no hizo más que acceder entonces, a petición del cliente, solo tinta negra. Después de unas horas salió muy contento con su demonio en el brazo.

La imagen era aterradora ante sus ojos, viéndolo en el espejo se sentía orgulloso de aquel cuerpo fornido y peludo, con cuernos largos y ondulados, de rostro hinchado, coronado con una cinta de fuego, negro y amenazante, con alas de murciélago, descansando sus garras sobre una montana de cráneos humanos, mientras balanceaba su larga cola alrededor de su cuerpo…

No pudo esperar y cuanto antes salió a presumir su tatuaje, usando solo una camiseta de tirantes. A los demás jóvenes no les pareció tan impresionante, era para ellos “Solo el diablo de las películas”, tras las burlas de ellos, el sesos regresó a casa molesto, peleando con su tatuaje, diciéndole que era una porquería… en un par de segundos la carne del brazo empezó a quemarse, podía ver el fuego de la corona arder e irse extendiendo, intercambiando la tinta por líneas de fuego de color rojo intenso que lo quemaba hasta hacerlo gritar, el fuego se extendió entonces por todo el cuerpo, dibujándolo como si el mismo fuese el demonio entero, en su espalda marcó las alas, en los pies sus garras, la cola la intercaló por las piernas…

Al día siguiente el sesos se veía diferente, en su cara había una sonrisa que nadie le conocía, fue donde los muchachos de nuevo y dijo –Vengo a hacerles pagar sus ofensas- cuando todos ellos echaron a reír, un fuego intenso salió debajo de la ropa del tatuado, marcando su cara con el rostro del demonio, mientras una cola comenzaba a ondearse por detrás de su cabeza, unas alas huesudas y maltratadas se entendían a lo ancho de la calle, en una llamarada intensa, el sesos desapareció, y quedaba frente a ellos solo aquella figura del tatuaje vuelta a la vida.

Con su cola aun ondeante atravesó a dos de ellos, clavándolos en la pared a 3 metros de altura, cuando los demás intentaron correr, cerró sus alas, atrapándolos dentro, resoplando fuego, convirtió aquello en un horno y sus cuerpos en cenizas, dejó caer entonces los que sujetaba con la cola, para estrellarse contra el piso rompiéndose como una sandia, desparramando todo lo que tenían dentro. Con sus propias entrañas hizo un lazo, con el que atrapó a un par que había escapado, para luego terminar con el resto partiéndolos en dos con sus cuernos.

En los Ojos de Isabel

Isabel había vuelto de la capital después de estudiar enfermería, pues en su pueblo había muchas emergencias médicas y poca gente capacitada para atenderlas, el doctor era ya mayor, y la gente aun en estas fechas prefería ir con los curanderos. Ella había perdido a su primo más cercano dos años atrás, por una infección simple que sus padres prefirieron tratar con los curanderos y no con el doctor. Sin duda el joven se habría salvado con un par de inyecciones. Tras esta molestia estudio lo más adecuado a su alcance, una carrera de medicina era muy lejana a sus posibilidades, pero la enfermería le ayudaría a ir adentrándose en este mundo.

Durante muchos meses fue bastante complicado tener pacientes regulares, pero con la confianza que muchos habitantes del pueblo le tenían a Isabel ella les mostró las ventajas de la medicina y se ganó el título de “La doctorcita” si aún serlo, pero iba logrando su propósito poco a poco. De pronto las cosas empezaron a cambiar a su alrededor, en medio de la noche tocaban a su puerta, cuando ella abría no era nadie, horribles pesadillas invadían sus sueños, se sentía siempre observada, e intranquila.

Aunque vivía aun con sus padres, un miedo incomodo se apoderó de ella poco a poco. Pensó estar sufriendo epilepsia, pues al encontrarse sola, su cuerpo se ponía rígido, levantándose de manera bruscamente de la cama. Se lo dijo al doctor, pero este no pudo encontrar nada malo en ella. En unos cuantos días en los ojos de Isabel podía apreciarse una tristeza profunda y algo de decepción.

No quiso salir de su cuarto, ni siquiera para bañarse o comer, permanecía en la oscuridad impidiendo la entrada de los demás, cuando por fin alguien pudo verla, ella lucia sucia, su bata blanca era ahora gris, rota, con sangre sobre ella, su cabello estaba enmarañado, a pesar de su corta edad le había salido canas, y en su cuerpo y cara tenia marcas de latigazos, su rostro se veía hinchado, la dentadura podrida, y sus ojos amarillos.



El susto de su familia fue tal, que acudieron al curandero en busca de ayuda, ya que el doctor no pudo hacerlo, este dijo que el mal que ella tenía no le correspondía, que llevara a un Padre, que como Hombre de Dios tenía más autoridad ante la desgracia de su hija.

Cuando el Padre entró a la casa, una risa macabra resonó por las paredes, un viento frio congeló la sangre de las personas alrededor, y vieron a Isabel bajar por las escaleras, pero no daba un paso, solo flotaba lentamente hacia abajo… de espaldas a los que observaban atentos… al llegar al último escalón, arqueo su cuerpo hacia atrás para ver a la gente que la esperaba, quedándole la cabeza hacia abajo, la volteó hacia arriba como si no tuviera huesos en el cuello, clavó su mirada en el Padre y corrió hacia él como un cangrejo, estando frente a él se incorporó, alcanzando una altura mayor que la que correspondía a Isabel, con voz ronca le dijo –No intervengas que esta batalla no es tuya- abriendo su boca a tamaños insospechados,  una baba verde cubrió el rostro del religioso, este sacó su frasco de agua bendita, rociándolo sobre el cuerpo extraño de Isabel decía –Vete de aquí demonio, libera a esta niña- pareció entonces despertar su ira, de un salto el cuerpo estaba pegado en la pared, escondiéndose en las esquinas, moviéndose sobre cuatro patas. Gruñía y se retorcía… hasta que su madre llena de angustia, se acercó a ella estirando su mano le dijo –Ven aquí amor- lo amarillo de sus ojos se esfumó, tomó la mano de su Madre, esta entonces la miró fijamente, nadie mas que su propia madre pudo ver en los ojos de Isabel, que cargaba consigo una profunda tristeza, y esto la había hecho presa de espíritus oscuros que aprovecharon de entrar en su cuerpo en los momentos en que estaba indefensa.

La madre comprendió la necesidad de la chica y en señal de apoyo dijo a todos los demás –Es una batalla que ella tiene que luchar, y nosotros la vamos a acompañar, pero nadie intervendrá- bajando sus cabezas, todos aceptaron la situación, estuvieron ahí para ella, dándole de comer, sirviéndole de compañía, volviendo su cuerpo a la cama cuando ella terminaba tirada por ahí… curando sus heridas, pero nadie detuvo el mal que ella tenía dentro, la dejaron luchar por si misma.

El Ojo en la Mano

La familia Pérez tomaba un fin de semana cada quince días para reunirse con sus parientes, pasaban buenos momentos compartiendo sus anécdotas y sentándose a la mesa para disfrutar los famosos guisos de la abuela, mientras ellos estaban sentados saboreando, la puerta principal se abrió de par en par dejando entrar un viento frio, que solo se fue de pasó hasta que se perdió dentro de la casa.

Nadie tomó importancia al hecho, pero desde ese día, la familia Pérez no salió de desgracias, los parientes caían como moscas, muertos en circunstancias sospechosas, los más pequeños vivían perdidos en llanto por ver cosas que los demás no veían. Muchos de ellos fueron velados con ataúd cerrado porque la expresión de horror no pudo quitarse de sus caras.

La abuela los reunió entonces, para decirles que eran presas del “Mal de ojo”, qué alguien los envidiaba tanto que les deseaba el mal a toda costa, y si no lo detenían acabaría con toda la familia. Cuando consultaron a alguien más sabio, le dijo que debían protegerse con “El ojo en la mano”, que esto los protegería de cualquier mal además les traería riqueza, felicidad y salud. De distintas formas cada uno interpretó a su manera, hubo quienes compraron un amuleto, otros usaron un guante, con el ojo pintado en el, a los extremos, alguien se lo dibujaba directamente en la mano o se lo tatuaba.

El remedio no funcionó, la familia se acabó,  quedaban ya solo cinco de ellos en menos de un año, intentaron esconderse, pero donde sea, el mal de ojo los encontrara y no había ojo en la mano que pudiera protegerlos.

Una noche Arturo uno de los pocos que quedaba en pie, era torturado por los malos espíritus que acompañaban al mal de ojo, lo ataban a su cama, dejándolo ahogarse en su propia sangre, mientras le hacían creer que era despellejado vivo, pasaban frente a él las imágenes de la muertes de todos los demás miembros de su familia, ahorcados, ahogados, decapitados, sintió que no resistía mas, pensó en dejarse morir, pero una sombra enorme pasó por la puerta, traía en sus manos una bebe, envuelta en una víbora negra, que le rozaba la mejilla con su lengua, los otros en la habitación se deslizaron también al encuentro, su torso y cara estaban formados de pedazos de piel cosidos de forma tosca, no tenían piernas, solo un polvo que se arrastraba a donde sea que la parte de arriba iba.

Arturo vio entonces con desespero como estas criaturas deseaban la piel de su bebe y babeaban sobre ella… se agitó hasta liberarse, corrió hasta donde la sombra, esta extendió la mano, hiriéndolo en el rostro, le sacó el ojo de la cuenca y cayó en la mano de Arturo, todas la criaturas voltearon sorprendidas y entonces en un grito de desesperación, fueron difuminados en la habitación.

Desde entonces hasta hoy, Arturo debe conseguir un ojo fresco para poner en su mano, y evitar que el mal de ojo llegue a su familia…

martes, 7 de noviembre de 2017

Leyenda De La Casa Sangrante

Era la madrugada del 9 al 10 de Agosto. Don Eleuterio Castaño, descubre al levantarse que el piso está lleno de algo viscoso, al iluminar el salón, ve que proviene de las paredes, aquel liquido era de un color rojizo brillante y no tardó en darse cuenta que se trataba de sangre.

Aterrorizado por la idea de que su casa estaba sangrando, tal como si tuviera vida y hubiese sido herida de alguna manera, llamó de inmediato a la Guardia Civil para pedir ayuda, pero cuando esta llegó la hemorragia se había detenido, y solamente quedaba el horrendo espectáculo de una habitación impregnada de sangre.

Igual de asombrados que el primer testigo las autoridades no hicieron más que llamar al alcalde, que al llegar notó de inmediato que nadie había exagerado el acontecimiento; las paredes estaban verdaderamente manchadas de sangre, y en el suelo había un charco. El alcalde asustado de aquella escena tan enfermiza, hizo venir urgentemente al médico de la ciudad; toda la familia se encontraba en estado de shock por haber visto la sangre brotar a borbotones desde sus paredes y estancarse en el piso de su sala.

La noticia corrió de boca en boca y los curiosos se acercaban a la casa para comprobar lo escuchado. Y efectivamente, ¡ahí estaba la sangre! en las paredes y suelos de la casa, pero a esas horas ya seca.

Aquel verano del 1985, la noticia del momento anunciaba que: “Sangre de procedencia extraña brota de las paredes y el suelo de una vivienda”. El inmueble pertenecía a la familia Castaño y estaba ubicado en el nº 28 de la C/ Gabriel y Galán en la localidad de Arroyo de la Luz en Cáceres.

Unos decían que la sangre de un matadero cercano se había filtrado por las tuberías, otros contaron que pertenecía a una de las hijas que había tenido un aborto, algunos afirmaban que los seres del más allá intentaban comunicarse con nosotros. Hubo quien propuso la teoría de que antes de la guerra, en esa misma vivienda una madre asesinó a su hijo y más tarde lo enterró en la Dehesa Boyal. Los ancianos atribuían todo a cosas esotéricas y pactos con el maligno no cumplidos. Sin importar la razón, las cosas eran bastante claras, de aquella casa había brotado sangre.

Con el tiempo, el asunto se fue olvidado sospechosamente. Todas las pruebas habían sido borradas; jamás se dieron a conocer los resultados obtenidos tras el recogimiento de muestras de sangre por las fuerzas del estado. Entonces “La casa sangrante” cayó en el olvido y nadie volvió a comentar nada sobre ella.

La Leyenda De La Costurera Fantasma

Esta historia comenzó hace décadas, en la ciudad de Buenos Aires, en una galería de compras dedicada a las artes plásticas conocida como el Patio del Liceo. Ahí una bella jovencita fue empleada en un taller de costura, a cambio de una diminuta paga. Sin embargo no podía objetar esto último ya que la necesidad la obligaba a conseguir al menos un pequeño ingreso para mejorar la situación de su familia.

Aprovechando la desventaja económica de la joven, el supervisor; un hombre grande tanto de complexión como de edad, le ofrecía aumentos de sueldo y compensaciones económicas a cambio de entregarle sus virtudes. Pero cuantas veces se lo propuso, ella se negó.

El perverso hombre no estaba dispuesto a dejar de satisfacer sus impulsos, así que utilizando su puesto la hizo un día trabajar hasta tarde, cuando todas las demás empleadas se habían marchado. Entonces intentó ultrajarla, pero la muchacha rompió en llanto y fuertes gritos de auxilio, haciendo que el sujeto temiera ser descubierto. Sin contemplaciones, él la asesinó, y después huyó a refugiarse en su casa fingiendo estar mal de salud.

Tras descubrirse el crimen, fue el principal sospechoso y después condenado a un largo tiempo en prisión; pena que no llegó a cumplir, ya que murió en la cárcel de una enfermedad incurable.

Poco después de aquella trágica muerte, los vecinos decían oír extraños llantos por las noches y comentaban sobre un resplandor proveniente del taller en donde laboraba la chica.

Aun con el paso de los años, y los nuevos inquilinos, el llanto de la costurera seguía ahí, a veces acompañado de inconsolables quejidos.

Tales acontecimientos, fueron motivo suficiente para que se construyera un altar en un recodo de los pasillos, ahí le ofrendan sus elementos de trabajo, esperando que en algún momento su alama alcance la paz, y consiga el descanso eterno.

Leyenda De La Choza Desvencijada

Se cuenta que una vez una jovencita muy enamorada salió al bosque con la intención de deshojar pétalos de flores y así comprobar que su amor estudiantil era verdadero. Las horas fueron pasando y el cielo se fue oscureciendo hasta que lo único que la alumbraba era la luz de la luna llena.

Ya en otras ocasiones su madre le había dicho de los peligros de alejarse de su casa sin fijarse por cuál camino regresar, dado que el extenso follaje de aquel lugar y más aún durante la noche daba la impresión de estar dentro de un laberinto.

La chica empezó a sentir mucho terror cuando se dio cuenta que sus pasos no la llevaban a ningún lado. Caminó por varios minutos hasta que entrevió que frente a ella se hallaba lo que parecía ser una pequeña choza.

Por su cabeza pasaron cientos de ideas, como por ejemplo pedir el teléfono prestado para llamar a sus familiares o solicitar alojamiento por una sola noche. Al final se decidió por la segunda debido al iracundo carácter de su padre, quien seguro le daría unos buenos azotes cuando regresara a su hogar.

La adolescente se aproximó a la puerta de la choza y la golpeó en repetidas ocasiones, aguardando a que alguien le abriera. No obstante, al asomarse por una de las ventanas notó como el sitio estaba aparentemente abandonado. Entonces tomó una gruesa rama que descansaba sobre el césped y rompió una de las maltrechas ventanas de la cabañuela.

En cuanto ingresó, el cabello se le erizó ya que había muchísimas puertas cerradas:

– Esto no es posible. Desde fuera parece que sólo hay lugar para tres o cuatro habitaciones. Sin embargo, aquí hay más de diez puertas. Pensó mientras rememoraba una tenebrosa leyenda de terror.

La experiencia se volvió aún más macabra, cuando algunos rayos lunares iluminaron las paredes del recinto. Éstas estaban tapizadas de retratos de personas de aspecto cadavérico. Además los ojos de los individuos plasmados en las pinturas parecían seguir con la mirada a la joven, provocándole alteraciones en el ritmo de los latidos de su corazón.

No obstante, se armó de valor y continuó caminando como pudo hasta que llegó a un cuarto que estaba abierto. Ahí pernoctó hasta las seis de la mañana, hora en la que despertó ya más tranquila, pues creyó que sus temores habían sido infundados.

Se levantó del camastro y al salir de la habitación quedó perpleja al ver que las pinturas habían desaparecido. Ni siquiera los clavos que las sostenían se hallaban ahí. Transitó velozmente por el pasillo con el propósito de llegar al tragaluz que había roto la noche anterior.

Más para su desconcierto se topó con que en la choza tampoco había ventanas, las paredes de madera empezaron a compactarse hasta eliminar la más mínima brizna de oxígeno en el ambiente. La chica cayó muerta al centro de la cabaña y en cuestión de horas su cuerpo desapareció.

Gente que años después compró el terreno, me comentó que sobre el suelo hallaron una pintura de una calavera vestida con los mismos ropajes que la chica en cuestión traía la última vez que fue vista.

domingo, 5 de noviembre de 2017

El Túnel De La Muerte

Philip Adrian Booth pretendía usar en su cinta “Death Tunnel” la leyenda de terror que circula alrededor del sanatorio Waverly Hills, pero seguramente no imaginó que durante sus grabaciones se encontraría con algunas sorpresas… nada más podría esperarse si ¡se metió en el verdadero Túnel de la muerte!, uno de los lugares más terroríficos del mundo.

Se dice que solamente se grabaron algunas psicofonías involuntarias, las cuales decían: “Lárguense de aquí”, “Nooo” o “¿Qué clase de hospital es este?” . Pero seguramente si se revisa la cinta detenidamente, más de uno notará actores extra.

Y es que la historia del lugar, se teje por sí sola, el túnel de la muerte es parte del famoso hospital del horror Waverly Hills, fue usado para transportar los cadáveres de los enfermos de tuberculosis que morían diariamente en las instalaciones. Los cuerpos eran apilados en un vagón que se movía sobre unos rieles, a través de una colina, hasta llegar a la morgue y el crematorio.

La plaga blanca se cobró 63.000 vidas en Kentucky, a razón de una muerte por hora. Además habría que sumarle los decesos que los propios médicos causaron practicando sus operaciones experimentales en las que solo un 5% por ciento sobrevivía, ni que decir de aquellos que no resistieron las terapias de electroshock que también eran comunes en este centro.

Muchas personas fueron al oscuro y frio hospital solamente a morir…y ser desechados a través del túnel.

Se dice que a pesar de estar abandonado hace un par de décadas, el hospital sigue albergando pacientes, o al menos las almas de ellos, que aparecen ante los curiosos visitantes. Este lugar quedó lleno de energía, la cantidad de cadáveres que transitaron por ahí fue descomunal, hoy en día pueden sentirse en el presencias, se ven sombras, entes oscuros, se escuchan voces, lamentos, y arañazos que acompañan cada paso…

Leyenda de El último Suspiro de la Reina

Los países de Europa del este, se caracterizan por tener en sus registros varias historias aterrorizantes. 

Hoy quiero retomar una de ellas, conocida como la leyenda de terror de la reina malvada. Cuentan que en una región montañosa había una monarca que era temida por todo su pueblo. El tiempo de tener descendencia ya se le estaba agotando y sin embargo no encontraba a quien desposar.

Fue entonces cuando su secretario organizó un evento social en donde asistirían los jóvenes casaderos de la región. Uno a uno los chicos iban presentándose y la soberana se limitaba a mirarlos con desdén. Hasta que un muchacho hizo que sus pupilas se posaran sobre él.

Ipso facto pidió que lo condujeran hasta donde ella estaba:

– Hoy debe ser el día más afortunado de tu vida, pues te he elegido como consorte real. Dijo la monarca.

– De ninguna manera me casaré con usted, después de lo que sus lacayos hicieron con mi familia.

– ¡Insolente! ¿Cómo te atreves a hablarme así? No sabes que por menos que eso puedo pedirle a uno de mis verdugos que te corte la cabeza. Además, ignoro de qué me acusas.

– Por su culpa mi padre fue azotado hasta morir, al no haber podido pagar la cuota de impuestos. Él suplicó clemencia y sólo pidió unos días más de plazo para liquidar la deuda. Sin embargo, su gente no hizo caso y alegó que se trataba de una “orden”. Mi madre también falleció ese día, dado que no pudo soportar el dolor de observar esa masacre.

– ¿Te sobrevive algún pariente?

– Sí, mis dos hermanas menores, su majestad.

– Al casarte conmigo, ellas formarán parte de la corte, lo que significa que su condición de vida mejorará marcadamente. De lo contrario, yo misma haré que los soldados quemen sus tierras y las dejen viviendo en la miseria, mientras tú te pudres en un calabozo.

– ¡No, a ellas no les haga nada por favor!

– Entonces te enviaré a una húmeda mazmorra hasta que cambies de parecer. ¡Guardias, llévenselo! Aliméntenlo únicamente con un mendrugo de pan y un vaso con agua al día.

– Lo que ordene, su majestad.

Pasó una semana y el joven aunque un poco más demacrado, no pronunciaba palabra alguna. Guardaba sus energías para comer y esperaba paciente a que la reina se desesperara y lo mandara colgar.

Transcurrieron treinta días con sus treinta noches y la situación era la misma. La monarca, quien veía a ese joven no como su futuro esposo sino como una posesión, creyó que ya era suficiente burla y ella misma fue al calabozo a darle un ultimátum al chico.

– Muchacho esta es tu última oportunidad para aceptar casarte conmigo en buenos términos. Si mañana a las siete de la mañana no he recibido la respuesta que deseo, la cabeza de tus hermanas rodará y yo misma me encargaré de que presencies el espectáculo.

– ¡Usted es una mujer trastornada, que cree que porque tiene poder puede someter el alma de los demás, pero se equivoca!

A la hora señalada el preso fue sacado de su celda y conducido al patio central del castillo donde ya se hallaba un encapuchado vestido de negro y sus dos consanguíneas frente al cadalso.

Trató de zafarse, pero los grilletes estaban hechos de acero sólido con lo que no consiguió moverse ni siquiera un ápice. Los gemidos y chillidos de sus parientes bien pudieron haber salido de la mente de cualquier escritor de leyendas de terror.

Cuando todo aquello concluyó al fin, los ojos del joven estaban acuosos y enrojecidos a causa de tantísimas lágrimas que derramó.

– ¡Es usted una vil serpiente! Ya no puede hacerme daño, me arrebató a las personas que amaba. Le advierto que debe cuidarse, ya que mi venganza será mortífera.

El hombre fue devuelto a la mazmorra, únicamente que ahora su dieta sólo estaba constituida por agua. Obviamente a los pocos días murió de inanición, dejando a la monarca tal y como había empezado, es decir, buscando a alguien para poder casarse.

Mientras eso sucedía, los pregoneros informaban al pueblo de los hechos que habían acontecido en el castillo. Esos relatos llegaron a oídos de un viejo hechicero, quien había sido buen amigo de la familia del muchacho.

– Es imperdonable lo que esa mujer ha hecho con todos ellos, en especial con ese joven, pues lo único que él hacía era el bien. Tengo que descubrir la manera de traerlo de nuevo a este plano terrenal para que pueda vengarse. Caviló el anciano mientras buscaba sus libros de hechicería.

Encontró uno que recopilaba algunas historias de terror en las que se usaron brebajes, los cuales permitían a las ánimas convertirse en fantasmas. De manera clandestina recolectó uno a uno los ingredientes de la pócima y tiró ese brebaje en la tumba del occiso.

No sucedió nada extraordinario a excepción de unas cuantas nubes negras que aparecieron en el cielo. Sin embargo, a partir de ese día la reina malvada empezó a tener pesadillas y a sentir que alguien la perseguía por todas partes.

– ¿Qué le sucede majestad? ¿Otra vez tiene un mal sueño? Preguntó una de sus criadas.

– Sí. Sueño con alguien que quiere asesinarme pero por más que busco verle el rostro, éste siempre está cubierto con una máscara roja. Ciertas noches siento la respiración de ese ser en mi nuca, como si estuviera esperando el momento exacto de clavarme un cuchillo por la espalda. No puedo seguir así, mis nervios me están matando.

– Ahora mismo bajo y le preparo un té señora.

– No, no me dejes aquí.

– No tema, los guardias cuidan su balcón y las escaleras.

La monarca se encerró y se recargó en una de las paredes. En ese instante, sus ojos vieron cómo se materializaba la figura del muchacho que hacía unos meses había aprisionado en uno de sus calabozos.

De dicha creatura fantasmal se formaron dos fuertes brazos que se dirigieron al cuello de la soberana estrangulándola sin que pudiera gritar.

Instantes después llegó la criada y escuchó a la soberana exhalar su último suspiro mientras alcanzaba a susurrar: Fue el fantasma del campesino.

Leyenda de la Bruja de la Montaña Gélida

Cuentan que en un pueblo lejano los lugareños le temían al monte Grekus, dado que allí habitaba una cruel y vieja hechicera. Las personas mayores aseguraban que aquella mujer no siempre había sido mala, pues inclusive ayudó para la construcción de la ciudad. Sin embargo, fue traicionada por el amor de su vida, lo que la orilló a alejarse.

Una leyenda de terror acerca de ella dice que los niños menores de 12 años no deben deambular solos por la noche, ya que ese momento es aprovechado por la bruja para llevárselos a su escondite donde les arranca los ojos y se come su corazón.

Otro mito de terror asociado con esta maga es el que nos indica que la única forma de librarnos de esos maleficios es enfrentándola cara a cara. Es decir, si estás en las cercanías de la montaña y notas que tanto las hojas como los arbustos se comienzan a mover de manera irregular, no debes retroceder.

Tienes que permanecer con la vista al frente y esperar a que la figura de la bruja de la montaña se refleje en tus pupilas. Enseguida ella emitirá un chillido equivalente al que hacen los murciélagos.

Tal vez pienses que ese sonido te perforará los tímpanos o algo por el estilo. Nada más lejos de la realidad. Lo que sucede con esta leyenda de terror es que son contadas las personas que han aguantado más de 30 segundos viendo ese rostro tan horrible lleno de cicatrices y marcas.

Médicos especializados han aseverado que algunos de los pacientes que han logrado llegar a las clínicas mentales, jamás han recobrado la cordura. Por el contrario, sus noches son acompañadas de terribles pesadillas.

Además, los cuartos de los enfermos invariablemente poseen una temperatura por debajo de los cero grados. Lo que hace pensar que la bruja de la montaña gélida no solamente se apodera de los órganos de sus víctimas, sino que a veces también de su alma.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Leyenda de la Mulánima

La Mulánima (“Mula Ánima”), es un ser mitológico del Norte de Argentina también llamada Alma-mula. Este engendro es una mujer condenada por pecados muy graves en contra del pudor. Galopa por los campos haciendo un ruido metálico estruendoso como si arrastrara cadenas; echa fuego por la boca, los ollares y los ojos y mata a la gente a dentelladas o a patadas. Se la ve sólo de noche y su apariencia es la de una mula envuelta en llamas.

Según dice la leyenda este ser es en realidad una mujer sin moral que nunca se arrepintió de sus pecados. En castigo a esta conducta antes de su muerte, Dios la maldijo convirtiéndola en una mula de color plomiza que arrastra unas pesadas cadenas.

Se dice que ella vaga por las noches en lo espeso de los montes y recorre los alrededores de las poblaciones en días de tormenta, emitiendo destellos con la mirada, dando horrorosos alaridos y azufrando el viento. Es muy peligrosa ya que puede asesinar incluso niños para alimentarse con ellos. Su rebuznar se asemeja tanto al alarido de una mujer, que hace estremecer hasta el más valiente. 

Galopa hasta la puerta de la iglesia del pueblo más cercano, desde donde emprende nuevamente su carrera echando fuego.

La cadena que lleva encima simboliza sus pecados, pero también representa para ella la esperanza, de que algún día, un valiente logre frenar con ella su frenética carrera y venciendo el miedo pueda completar el ritual que lograría que su alma por fin sea redimida para viajar al cielo.

En Tafí del Valle se ha encontrado, en la “Ruta de Birmania” (camino que lleva al Ojo de Agua y que pasa por detrás de la Loma del Pelao), una piedra con una pisada de este animal el que algunas personas dicen que es el Diablo mismo.

Leyenda del Espíritu De La Montaña

Hace ya unos cuantos años, una pareja de enamorados decidió salir a dar un paseo en coche durante una soleada tarde de primavera. El destino sería una zona montañosa ubicada al norte de Argentina, de esta manera se preparó todo un picnic para pasar una tarde romántica, emprendiendo el viaje aproximadamente a las 4 PM.

Una vez arribados a la cima de esta zona montañosa, simplemente la pareja atinó a arrojar un mantel sobre el verde y sentarse a contemplar el paisaje desde las alturas. Las horas pasaron realmente rápido, una típica y extraña experiencia de enamorados, observando poco a poco como el sol comenzaba a esconderse.

El ambiente montañoso comenzó a tornarse un tanto frío, por lo cual decidieron subir al coche y volver a la ciudad. La noche estaba al caer cuando la pareja acomodó todos los elementos nuevamente en el asiento trasero del coche y emprendió el regreso.

Se trataba de un camino con curvas cerradas y peligrosos riscos, por lo cual la marcha debía ser tranquila y pausada. En un momento determinado de este viaje de regreso, ambos jóvenes pudieron dilucidar una extraña presencia al costado de la ruta, presencia que cruzó corriendo y desapareció entre la vegetación reinante.

Ambos quedaron un tanto sorprendidos ante esta extraña aparición, aunque continuaron su marcha tranquilamente. Momentos más, en otra de estas peligrosas curvas, pudo dilucidarse algo que finalmente logró estremecer a la pareja, una similar presencia volvió a cruzar corriendo la ruta y desaparecer entre la vegetación.

Lo extraño a todo esto, es que esta misma presencia volvió a repetirse una y otra vez en cada curva peligrosa que la pareja tomaba. La piel de ambos se estremeció a un punto que ninguno antes imaginó, apresurando poco a poco su marcha hasta alejarse de la zona montañosa.

Diversos relatos coinciden en haber presenciado a este curioso ente, se cree que se trata de un alma en pena que habría sufrido un accidente en coche en estas mismas montañas, desbarrancándose y perdiendo la vida a causa de los terribles golpes recibidos.

El Escalofriante Hombre Sin Párpados

Se dice que en las calles de Buenos Aires, Argentina. Cuando una persona camina tranquilamente, generalmente a altas horas de la noche, algunas veces se topa con una extraña figura que parece seguirlo, aunque en forma errática. Cuando la figura se acerca, es percibido como un hombre común y corriente, pero poniendo más atención en su aspecto, se puede notar que tiene enfrente a un escalofriante hombre sin parpados.

Se dice que la falta de parpados fue un defecto de nacimiento. Y su familia, supersticiosa en extremo, creyó que el bebé era hijo del demonio, y decidió deshacerse de él.

Otra teoría, sostiene que sus parpados fueron arrancados en algún ritual vudú, y ahora el vaga por las calles transmitiendo una profunda tristeza en sus ojos, buscando a los responsables.

Las apariciones del hombre sin párpados pueden darse a cualquier hora del día, aunque son más frecuentes bajo el cobijo de la oscuridad. Suele vestir humildemente, por lo que comúnmente es confundido con una persona de la calle.

Jamás emite sonido alguno, sólo mira fijamente a los ojos de la persona a la que se ha acercado, como queriendo que ésta note su desgracia o su sufrimiento. Suele acompañar a quien lo ve durante algún tiempo, para después cambiar abruptamente de dirección y desaparecer en la lejanía.

Sólo puede ser visto por las personas que él elige, así que pedir socorro a los demás transeúntes no tiene efecto alguno, porque nadie puede verlo. Lo cual puede ser contraproducente para la víctima, porque fácilmente se le percibe como loca al estar gritando sin aparente razón a mitad de la calle.

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Leyenda de la Casa del Espejo

Según cuenta la leyenda, en el barrio de Vicente López, Buenos Aires, Argentina. Hay una hermosa casa abandonada, y quienes conocen la historia de lo que sucedió ahí, no se atreven si quiera a pasarle por enfrente, mucho menos a cruzar la puerta.

Todo comenzó un día de verano, unos chicos jugaban fuera de la mencionada casa, donde vivía uno de ellos. El amigo se dirigió a la cocina en busca de bebidas y se dio cuenta que los espejos temblaban y hacían un sonido muy extraño. Cuando se lo contó al otro niño, se fueron de ahí, y esperaron a que sus padres volvieran para entrar con ellos de nuevo.

A mitad de la noche, el chico que está de visita, va a la cocina por algo de agua fría. Pero, al faltar solo tres escalones para bajar la escalera, es empujado y cae, al tratar de incorporarse ve en el espejo un hombre de ropa antigua y sucia, extendiendo la mano para agarrarlo, pero muy asustado el jovencito escapa hacia el cuarto de su amigo.

Cuando le contó a su amigo lo sucedido, este le dice que le cree todo porque también lo ha visto, y de esa casa se cuenta que tiempo atrás a causa de un problema de plata, un hermano arrojó al otro por la escalera, matándolo al instante. Desde entonces su fantasma, ha tratado de empujar a cualquiera por las escaleras, creyendo que es su hermano y buscando así venganza por su asesinato.

La familia siguió viviendo allí hasta que un día simplemente se mudaron y nunca más nadie habitó esa casa… que hoy es conocida como “La casa del espejo”.

La Leyenda de la Nahuala

La leyenda de la Nahuala es una historia que se acostumbra relatar pocos días antes de que llegue la fecha del Día de Muertos.

Como muchas historias antiguas de México, la leyenda de la Nahuala también se sitúa en los últimos años de la Nueva España, es decir, poco tiempo antes de que se ejercitara la guerra de independencia impulsada por el cura Miguel Hidalgo y Costilla.

Orígenes de la crónica

Los acontecimientos que estoy a punto de relatar, supuestamente ocurrieron en la capital del Estado de Puebla, allá por el año de 1807. Resulta que en una de las calles del centro de la ciudad vivía un niño de nombre Leonardo junto con su hermano mayor, a quien habían bautizado como Fernando.

Ambos chicos vivían en compañía de su abuela, una señora mayor que se dedicaba a cuidarlos. Cuando la anciana se iba a trabajar o a comprar comida, Fernando aprovechaba ese tiempo para contarle al pequeño Leo cuentos y leyendas de terror.

Una de las historias que más miedo le producían a Leonardo era la de la leyenda de la Nahuala. Se decía que este personaje era una especie de bruja malvada que vivía en un viejo caserón.

Por su parte, los lugareños tenían conocimiento de que esta hechicera tenía cautivas a dos almas desde mediados del siglo XVIII y que a últimas fechas estaba en busca de una tercera, para así poder tener el poder suficiente de terminar de una vez y para siempre con cada uno de los habitantes del pueblo.

Poco tiempo después, Fernando es capturado por la Nahuala y Leonardo es la única persona que puede ir a rescatarlo. El chico deja sus temores atrás y se embarca en esta travesía acompañado únicamente por su abuela.

Desafortunadamente, también Leonardo cae en las garras de la bruja, aunque gracias a su astucia logra escapar para luego enfrentarla.

Leo gana la batalla y la leyenda de la Nahuala concluye con los nativos del pueblo festejando el día de los muertos.

¿Cómo llegó la leyenda de la Nahuala a la gran pantalla?

México es un país mundialmente reconocido por la calidad que imprime en los doblajes de voz. No solamente porque escoge (en la mayoría de los casos) a excelentes actores, sino porque sus adaptaciones de guión al tener como base un “castellano neutro” pueden ser disfrutadas en América latina, sin que surjan confusiones en el lenguaje.

Sin embargo, la nación azteca no se distingue por elaborar productos de animación. Un ejemplo de esto es justamente la leyenda de la Nahuala, cinta que ocupa apenas el puesto número seis en esta categoría.

A pesar de eso, el largometraje cosechó varios premios y obtuvo críticas positivas. Basta con mencionar que la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas le otorgó el Ariel. De igual manera, la prensa asociada dedicada a reseñar el séptimo arte, le entregó la Diosa de Plata.

Los realizadores de esta película planearon seguir las andanzas de Leonardo (o Leo como se le conoce) en otras dos películas.

La primera de las secuelas, fue estrenada hace tres años y versa sobre la Llorona. En tanto que la última de la trilogía, se estrenó apenas hace un par de meses.

La Leyenda del Charro Negro

Un hombre alto, de aspecto elegante, de impecable traje negro compuesto por una chaqueta corta, una camisa, un pantalón ajustado y un sombrero de ala ancha deambula en la profundidad de la noche en los solitarios tramos que unen los pequeños pueblos del México rural, sobre el lomo de un caballo enorme y de color azabache.

Quienes han tenido trato con él, lo presienten como el Diablo. No ignora a los hombres, a los que les ofrece amables conversaciones, pero su clara preferencia son las mujeres, a las que seduce con su mirada elocuente y palabras cálidas. Nada malo puede decirse del Charro Negro si el viajero se limita a permitir su compañía hacia su lugar de residencia; si se acerca el amanecer, se despedirá cortésmente y se marchará con paso lento, al igual que si el sendero que recorre lleva a las cercanías de una iglesia.

Pero si, por el contrario, la mujer cede a sus ofertas de aligerar el viaje y acepta a montar el caballo, esa acción será el principio del fin: Una vez sobre el animal, la infortunada descubre que es imposible bajarse. Es entonces cuando el Charro Negro vuelve a su montura y se aleja con rumbo desconocido, sin hacer caso de los ruegos o los gritos de su víctima, a la que no se le vuelve a ver jamás.​

En algunos estados de la República Mexicana, la gente cuenta que en las noches de luna llena, por los caminos rurales o poblaciones alejadas, se aparece un jinete flaco y de cara cadavérica, que, montado en un lustroso caballo negro, ofrece una bolsa llena de dinero... Pero por temor, nadie la ha querido aceptar. Allá por el año de 1966, el señor Abundio Rosas regresaba a su casa, situada en las afueras del puerto de Veracruz. Aunque había luna, ésta se escondía entre las copas de los árboles, por lo que reinaba cierta oscuridad, que causaba gran impresión por las formas fantasmagóricas que se formaban con las sombras de la luna.

De pronto, Don Abundio sintió que alguien lo seguía pero no quiso voltear, sino que apresuró más el paso, empuñando el machete que siempre lo acompañaba. Sin embargo, cada vez sentía más cerca a ese alguien que lo seguía. De repente, un sudor frío se apoderó de él, sintió que se desmayaba, pero pese al miedo decidió enfrentarse a lo que fuera, volteó el rostro y con asombro vio una diabólica escena... Era un gran caballo negro, de pelo brillante y lustroso, pero con ojos espeluznantes que parecían lanzar fuego. Lo montaba un hombre alto y flaco, con un sombrero negro. No tenía ojos, nariz ni boca. En suma, era algo espantoso, por lo que don Abundio no pudo moverse, ni hablar. 

Temblaba de terror y más cuando el siniestro charro sacó una mano que se veía roja y con larguísimas uñas, tomó una bolsa de su caballo y la extendió ofreciéndose la al aterrado hombre, quien vio cómo la bolsa se abrió y mostró su interior lleno de dinero; pero don Abundio no quiso aceptarla. El jinete se la volvió a ofrecer y tampoco le hizo caso. Entonces el charro negro se volvió con su caballo sin pronunciar palabra y se alejó... Pero Abundio nunca escuchó el galopar del caballo, cosa que lo atemorizó mas, pronto se sobrepuso y continuó su camino rumbo a su casa. Al llegar, estaba tan asustado que no pudo cenar. Contó lo sucedido a su esposa. La cual también se aterrorizó.

Como es de suponerse, esa noche ambos no pudieron dormir, por lo que al día siguiente Abundio se levantó temprano y acudió al lugar donde se le había aparecido el misterioso charro. Buscó con cuidado, pero no halló nada que pudiera tomarse como indicio de su existencia. Por la noche don Abundio tuvo la necesidad de volver a pasar por el lugar, temeroso de encontrarse con el charro, pero ya no se le apareció esa noche ni otra más.... No hubo más apariciones.

Pasó el tiempo y Abundio ya casi ni se acordaba del encuentro con aquel misterioso charro negro. Pero una noche, ya muy cerca de su casa, se topó de nuevo con el aparecido, quien con voz cavernosa le dijo que tomara la bolsa con el dinero. Como el hombre no la aceptó por temor a que fuera cosa del diablo, el charro le dijo con voz aún más cavernosa:

–Me volverás a ver muy pronto...

Don Abundio medio muerto de miedo, sin volver la cabeza, echó a correr y no paró hasta llegar adentro de su casa. Su mujer salió espantada y le gritó:

–¡Abundio, mira, el charro se está asomando por la ventana... Anda, sal y orínate en cruz afuera de la puerta, dicen que así no puede pasar el maligno!

Abundio, tembloroso, salió de su casa y se orinó en cruz fuera de la puerta. En cuanto terminó de rociar el piso, el caballo relinchó en forma macabra, y jinete y animal a todo galope se perdieron en la oscuridad de la noche. Desde entonces ni Abundio ni su mujer han vuelto a ver al charro negro. Pero muchas otras personas de la región han contado la misma historia y aseguran que también lo han visto.